Mi nombre es Eunice G. Díaz Piña. Soy madre, empresaria y una mujer extremadamente trabajadora. Comencé a trabajar a muy corta edad. Luego tuve una hermosa hija que fue mi motor, mi guía y mi enseñanza de que tendría que trabajar el doble para poder sacarla adelante. Llegué a tener tres trabajos para poder sustentar nuestra familia y desde entonces, soy una trabajadora incansable. Aunque hoy mi hija es una adulta y puedo decir que me dediqué en cuerpo y alma a desarrollar una mujer independiente, hoy todavía soy su ejemplo de que tenemos que luchar y trabajar duro para poder alcanzar todo lo que uno se propone.  

 

Igual que a muchos otros, entre huracanes, terremotos y pandemia, se desestabilizó la economía en mi hogar. Para cuando llega la pandemia, sustentarme era un reto diario con tanta inestabilidad. Fue cuando entonces decidí emprender. Decidí arriesgarme, decidí que me tocaba trabajar horas incansables para lograr tener mi propio negocio y salir adelante otra vez. Aunque logré completar mi bachillerato en Administración de Empresas y una Maestría en Recursos Humanos, confeccionar postres siempre formó parte de mis pasatiempos, intereses y en ocasiones en mi momento de desconectarme del mundo y coger un respiro. Fue por eso por lo que hace unos años decidí tomar un curso básico de repostería. Comencé confeccionando los bizcochos de cumpleaños de mi hija. Aprendí muchas cosas en ese entonces, pero ese todavía no era mi momento de florecer. No obstante, hace ya algunos meses y junto al apoyo de mi familia, decidí que era hora de arriesgarme y hasta aquí he llegado. Hoy, trabajo incansablemente para llevar mi marca y mis productos a sus hogares. Lo hago con amor, con cariño y en la expectativa de que en cada uno de mis postres lleven un poco de felicidad tanto a su paladar como a sus familiares y seres queridos con quienes compartan nuestras delicias. Espero les guste y pueda deleitarles con cada una de mis creaciones.